Este pasado sábado volví a sufrir disfrutar de otro pateo con los amigos del GM El Calvario. La ruta parte de Cruz Grande, en vez de coger el camino real que conduce a Tunte seguimos por un sendero unos metros a la izquierda. Éste baja por los Lomillos del Sequero y termina en el Puente de la Barca.
En este tramo hay tres molinos, aunque uno de ellos no se aprecia bien. Serán objeto de otro post. El siguiente tramo es idéntico a una parte de la Ruta de los molinos que publiqué hace poco. Se sube la cuesta de Las Lagunas, se camina hasta el mirador y se baja por el camino de la cuesta de Fataga. Aquí el camino en común termina, subimos la loma que está enfrente del palmeral conocido como Cercado de Fataga o Molino del agua.
Seguimos un sendero por las diferentes crestas en dirección al Talayón o Roque Almeida, hay un cruce con el camino que va hacia Los Sitios a la altura del barrio de El Molino.
La foto la saqué en el segundo pico, son unas cazoletas aborígenes en las que, en teoría, se producían derramamientos de leche en actos de sacrificio y/o religiosos o simplemente para recoger agua. Tenía muchas ganas de visitar dichas cazoletas, es un lugar "mágico" con unas vistas increíbles y que te da que pensar.
Continuamos hasta el Talayón, hay algunos puntos que son un poco peligrosos en caso de lluvia, seguimos en dirección a la Degollada de las Yeguas pasando por el Paso de los Puercos. Una vez llegamos al barranco del Toro tomamos su cauce. Hay una primera parte de grandes piedras en las que nos podemos divertir dando saltos de unas a otras, yo me lo pasé genial en esta parte.
Si el agua hubiera estado corriendo lo habríamos pasado aún mejor. Se suceden grandes charcas y algunos saltos aptos para rappel. Maravilloso. Para salvar los diferentes caideros hubo que remontar y volver a bajar algunas lomas. Una vez en la parte baja del barranco subimos la ladera de la izquierda hasta llegar a una pista de tierra que nos conduce directamente hasta el hotel Gloria Palace en San Agustín.
Fueron unos 26 kms en 8 horas, lo que indica lo complicado que fue, en algunos puntos, caminar a un ritmo moderado-alto y eso que el tiempo acompañó y no hizo sol. Me fui con un gran sabor de boca por recorrer un camino que hacía muchos años que no pasaba, ver los molinos, las cazoletas, el barranco del Toro, la charla con los compañeros, etc...
En este tramo hay tres molinos, aunque uno de ellos no se aprecia bien. Serán objeto de otro post. El siguiente tramo es idéntico a una parte de la Ruta de los molinos que publiqué hace poco. Se sube la cuesta de Las Lagunas, se camina hasta el mirador y se baja por el camino de la cuesta de Fataga. Aquí el camino en común termina, subimos la loma que está enfrente del palmeral conocido como Cercado de Fataga o Molino del agua.
Seguimos un sendero por las diferentes crestas en dirección al Talayón o Roque Almeida, hay un cruce con el camino que va hacia Los Sitios a la altura del barrio de El Molino.
La foto la saqué en el segundo pico, son unas cazoletas aborígenes en las que, en teoría, se producían derramamientos de leche en actos de sacrificio y/o religiosos o simplemente para recoger agua. Tenía muchas ganas de visitar dichas cazoletas, es un lugar "mágico" con unas vistas increíbles y que te da que pensar.
Continuamos hasta el Talayón, hay algunos puntos que son un poco peligrosos en caso de lluvia, seguimos en dirección a la Degollada de las Yeguas pasando por el Paso de los Puercos. Una vez llegamos al barranco del Toro tomamos su cauce. Hay una primera parte de grandes piedras en las que nos podemos divertir dando saltos de unas a otras, yo me lo pasé genial en esta parte.
Si el agua hubiera estado corriendo lo habríamos pasado aún mejor. Se suceden grandes charcas y algunos saltos aptos para rappel. Maravilloso. Para salvar los diferentes caideros hubo que remontar y volver a bajar algunas lomas. Una vez en la parte baja del barranco subimos la ladera de la izquierda hasta llegar a una pista de tierra que nos conduce directamente hasta el hotel Gloria Palace en San Agustín.
Fueron unos 26 kms en 8 horas, lo que indica lo complicado que fue, en algunos puntos, caminar a un ritmo moderado-alto y eso que el tiempo acompañó y no hizo sol. Me fui con un gran sabor de boca por recorrer un camino que hacía muchos años que no pasaba, ver los molinos, las cazoletas, el barranco del Toro, la charla con los compañeros, etc...
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