Desde los restaurantes que están justo enfrente de la cruz de piedra, que da nombre a este lugar, parte un camino en ligero ascenso. En unos minutos se tienen unas maravillosas vistas del Roque Nublo y Bentayga junto con el Teide al fondo. Se llanea durante un rato, hay que estar atentos a las señales para coger el desvío y seguir por un pequeño caminito. No obstante, si seguimos sin tomar los cruces, llegaremos a la misma carretera de asfalto que debemos cruzar más tarde.
Al llegar a un pequeño pinar deberemos abandonar la carretera general y bajar por una pista de tierra que comienza a la izquierda. Sin pérdida llegamos hasta dos antiguos molinos de agua, el molino de los Ortega o el molino de la Cumbre. Ya dentro del barranco de la Mina, cruzamos y seguimos paralelos a éste por un sendero estrecho. Hay zonas de pendiente pronunciada en la que se deberá tener cuidado en caso de que esté embarrado. Hay varios caminos que conducen a las diferentes cascadas que hay en el cauce del barranco, pero que no tomamos por lo resbaladiza que estaba la tierra mojada.
Al llegar a un pequeño pinar deberemos abandonar la carretera general y bajar por una pista de tierra que comienza a la izquierda. Sin pérdida llegamos hasta dos antiguos molinos de agua, el molino de los Ortega o el molino de la Cumbre. Ya dentro del barranco de la Mina, cruzamos y seguimos paralelos a éste por un sendero estrecho. Hay zonas de pendiente pronunciada en la que se deberá tener cuidado en caso de que esté embarrado. Hay varios caminos que conducen a las diferentes cascadas que hay en el cauce del barranco, pero que no tomamos por lo resbaladiza que estaba la tierra mojada.